Pocas veces Rumania se considera como un destino cuando se visita Europa. Es un país que ha experimentado en poco tiempo varios cambios importantes y se ha transformado en un destino que tiene rincones hermosos, una naturaleza bella y basta así como lugares únicos en donde se viven experiencias extraordinarias.
¿Qué hace especial a Rumania? ¡Muchas cosas! La mezcla de culturas y tradiciones, desde la provincia de Transilvania, llena de pequeños pueblos e iglesias fortificadas, ciudades medievales, fortalezas y castillos, enclavada en los majestuosos Cárpatos, hasta Moldavia, con monasterios protegidos por la Unesco. Su naturaleza pura y su gastronomía única. La provincia del sur de Valaquia, entre Europa y los Balcanes. Sus pueblos en los que parece que el tiempo se detuvo. Y su capital, Bucarest o la costa del mar Negro, en donde se puede ir a la playa y ver el contraste de la época comunista con la actualidad, visitar un santuario natural único en Europa. No olvidemos el delta del Danubio, un espacio natural impresionante, de esos que te quitan el aliento o te sacan alguna que otra lagrimita de tanta belleza.
Pero más allá del Conde Drácula, el dictador Ceaucescu y Nadia Comaneci con sus dieces que impactaron a toda una generación, hay mucho más por descubrir en este país.
Pocas personas lo saben pero el rumano es la única lengua de origen latino en Europa del Este y está muy relacionada con el italiano, el español, el portugués o el francés. Con el boom de las exportación de novelas mexicanas, muchos rumanos aprendieron español, así que no es de sorprenderse si está de visita y te hablan algunas palabras en español.
La moneda oficial se llama lei, aunque también puedes encontrarla como «ron». Si van de vacaciones les aconsejamos cambiar dinero en el aeropuerto pero solo lo estrictamente necesario para un taxi. En general, los dispositivos de pago con tarjeta están disponibles en tiendas, restaurantes y hoteles. En las ciudades principales, podrás cambiar de manera segura en cualquier banco u oficina, donde las tarifas son más convenientes que en el aeropuerto. O incluso, retirar dinero de los cajeros automáticos.
¿Qué no puedes perderte si vas de visita?
En los alrededores cercanos de Bucarest, el castillo de Peles, antigua residencia de verano de los reyes de Rumanía. A principios del S XX, el Orient Express se detenía en Sinaia y los turistas eran invitados a una cena en el castillo. Seguramente cuando lo visites te imaginarás las suntuosas cenas que se llevaron a cabo.
No puede faltar la visita al castillo de Bran. Es una mansión medieval muy bien conservada, que está a 25 kilómetros al noreste de Brasov, en Bran. Rodeado de un aura de misterio y leyenda en torno al mito de Drácula de Bram Stoker, esta imponente mansión es un lugar de paso obligatorio para los que siguen la Ruta de Drácula por Transilvania.
A pesar de que Stoker no conocía Transilvania, el escritor irlandés se basó en la investigación y en su imaginación para crear el lugar donde vivía el personaje del Conde Drácula, que se asemeja mucho a esta mansión. El castillo alberga unas 60 habitaciones a las que se llega a través de sinuosas y estrechas escaleras. Muchas de estas habitaciones están conectadas por pasajes subterráneos en los que hay colecciones de muebles, armas y armaduras de los siglos XIV a XIX.
A pesar de que tampoco es el castillo en donde vivió el empalador Vlad Tepes, encontrarás en las afueras del castillo una amplia variedad de souvenirs alusivos a Drácula.
Brasov es una de las ciudades más visitadas de Rumanía por la cantidad de lugares de interés histórico que posee y por sus bellos monumentos que van desde el estilo Gótico al Barroco y Renacentista. De hecho, ha sido escenario de muchas películas de época.
Cualquier época es buena para visitar Brasov, ya que si vas de mayo a septiembre, las temperaturas son ideales, incluso a inicios del otoño y de diciembre a febrero pueden disfrutar de las actividades invernales en la estación de esquí de Poiana Brasov ya que dispone de una infraestructura muy desarrollada.
Sighisoara es otra de las poblaciones fundadas en el siglo XII por los sajones venidos de esa región germana durante la Edad Media. Hoy gracias a una conservación excelente, Sighisoara es una de las ciudades medievales mejor preservadas de Europa, lo que hizo que la UNESCO incluyese la ciudad en 1999 a su Patrimonio de la Humanidad.
Sighisoara no fue ni la más rica ni la mayor de las siete ciudades sajonas de la actual Rumanía, pero sí fue la más popular y conocida. Sus calles, aún hoy animadas y sus monumentos testimonian de ese pasado.
En la capital, Bucarest, debes visitar la Casa del Pueblo, el edificio administrativo más grande y pesado del mundo. Su construcción cambió la vista de la capital; un proyecto megalómano del exdictador Nicolae Ceausescu, destruyó iglesias y edificios históricos. Este colosal palacio fue construido por Nicolae Ceausescu, y es el segundo edificio administrativo más grande del mundo, después del Pentágono. Fueron necesarios 700 arquitectos y 20.000 trabajadores para construirlo. El palacio tiene 12 pisos, 1100 habitaciones, un vestíbulo de 328 metros de largo y cuatro plantas subterráneas, además de un enorme búnker nuclear. Se inició en 1985 y en 1989 con la caída de Ceaucescu se pensó en demolerlo. Al final, la población está de acuerdo en que dejarlo en píe fue mejor.
Hoy es un edificio multiusos para conferencias, actos públicos y privados. Enorme y pesado, la visita es recomendable. Recuerdo que a mi me impresionó que para su construcción acabaron con todo lo que estaba a su paso para que nada lo opacara, destruyendo casas, iglesias y edificios de gran valor histórico.
La Catedral Patriarcal de Bucarest es la sede del patriarcado de la iglesia ortodoxa de Rumanía, está dedicada a la Ascensión de Cristo y San Andrés y como muchas cosas que vas a poder ver en Bucarest, alberga algunos récords curiosos, como el de tener las campanas en suspensión más grandes del mundo.
La Plaza Unirii es también conocida como la Plaza Nacional durante el periodo comunista, la Plaza Unirii (Plaza de la Unión) es una de las plazas más grandes de la ciudad. En el centro de la plaza se encuentra un inmenso parque, muestra de la megalomanía con la que se diseñó una gran parte de la ciudad.
Esta plaza es el mejor punto de acceso a la Ciudad Vieja, la Casa del Pueblo, e incluso al hotel más antiguo de la capital, Manuc’s Inn. En la plaza hay 44 fuentes de diferentes tamaños, todas están sincronizadas, ofrecen a los visitantes un espectáculo que convierte a estas fuentes en el punto focal de la Plaza Unirii.
La Iglesia Stravopoleos. Esta iglesia fue construida en 1724 por el monje griego Stratonikeas Loanikie y combina arquitectura rumana con bizantina. Es una de las obras más importantes del estilo Brancovan tardío, con bellas columnas de piedra, decoraciones geométricas zoomórficas o florales y una balaustrada espectacular. La iglesia está rodeada por un jardín. El interior es una auténtica joya arquitectónica con sus hermosos frescos y sus iconos de madera pintada.
El Pasaje Macca-Villacrosse, es un bello pasaje situado en el centro de Bucarest (a la altura del nº22 de Calea Vitorei) es una de las construcciones que florecen en Bucarest a finales del siglo XIX por las que se conoce a la capital de Rumanía como ”Pequeño París”. Tiene forma de herradura y está cubierto por una bóveda de vidrieras de hierro forjado de color amarillo y verde que crea hermosos efectos dorados a lo largo de todo el recorrido; también destaca la cúpula centra. El Pasaje Macca Vilacrosse une las calles de Calea Vitorei y Lipscani y en él hay restaurantes, bares y joyerías.
El Ateneo rumano es uno de los monumentos más prestigiosos de Bucarest por su arquitectura y por la acústica excepcional de su sala de conciertos. Es la sede de la Filarmónica Rumana George Enescu, y es obra del francés Albert Galleron, que también diseñó el Banco Nacional de Rumanía. Fue construida gracias al dinero donado por el público en general a partir de una impresionante campaña de recaudación de fondos públicos («Dona un centavo por el Ateneo»).
El Ateneo es un edificio de gran belleza y parece un templo antiguo, con su alta cúpula y sus columnas dóricas. La entrada tiene un techo decorado con pinturas y con pan de oro, y llama la atención la hermosa escalera de caracol. Y en la sala de conciertos, las paredes y el techo están cubiertos por frescos.
Y si eres de los viajeros que visitan las librerías, tienes que entrar a Cărturești Carusel, se encuentra en el corazón de la ciudad, en la Strada Lipscani, en el antiguo edificio de un banco del siglo XIX reconvertido en un moderno local de seis plantas, Carturesti Carusel es una de las librerías más agradables y elegantes del mundo.
No es solo una librería en donde puedes comprar libros, sino que en sus instalaciones es posible relajarse leyendo, comprar alimentos ecológicos, vino y todo tipo de regalos, o bien tomar algo en la cafetería localizada en la última plaza del edificio, donde es posible relajarse disfrutando de las excelentes vistas de la ciudad.
No es solo una librería en donde puedes comprar libros, sino que en sus instalaciones es posible relajarse leyendo, comprar alimentos ecológicos, vino y todo tipo de regalos, o bien tomar algo en la cafetería localizada en la última plaza del edificio, donde es posible relajarse disfrutando de las excelentes vistas de la ciudad.
Dato curioso: A principios de 1900 Bucarest era conocida como la Petit Paris o Paris del Este. Tiene muchos edificios de la Belle Epoque que se salvaron durante la Segunda Guera Mundial pero no con el Dictador Ceaucescu, quien destruyó varios de ellos o los dejó en completo abandono. En los últimos años se ha hecho un gran trabajo de recuperación y rehabilitación del centro y de los barrios cercanos.
La gastronomía es poco conocida mundialmente y tiene platos realmente deliciosos. El horario de almuerzo es de doce a tres de la tarde y de siete a nueve y media de la noche para la cena, durante el verano. En invierno anochece alrededor de las cinco de la tarde, la cena se toma un poco antes. La buena noticia es que en Rumanía los restaurantes están abiertos todo el día y durante el verano, hasta tarde.
En Bucarest hay un par de restaurantes de comida típica que además tienen una gran historia y desde luego vale la pena visitarlos.
Carul cu Bere fue inaugurado en 1879 era una casa de cerveza -como su nombre en rumano indica- y el lugar de tertulia literaria de escritores y artistas de Bucarest. Es un edificio de estilo Neogótico que se refleja en la fachada y en la decoración interior: columnas, arcos, la escalera de madera, candelabros, muebles, así como en los murales de las paredes y el techo.
Hanul lui Manuc, que también es hotel, fue construido entre 1804 y 1808 por un rico comerciante armenio (Emanuel Marzaian, que los turcos llamaban Bey Manuca). Recuerda los antiguos caravanserais donde descansaban las caravanas de la ruta de la seda.
Era un lugar de encuentro y de descanso para comerciantes, pero es también un lugar histórico ya que en él tuvieron lugar en 1812 las negociaciones preliminares del Tratado de Paz que pusieron fin a la guerra ruso-turca (1806-1812).
Algunos de los platos típicos consisten en aperitivos fríos como la ensalada de berenjena, huevos rellenos, ensaladas con jitomates, pepinos, quesos frescos. Tienen gran variedad de ciorba calientes, sopas que se encuentran casi siempre en una casa rumana, o mici pequeños, que son una mezcla de carnes y especias muy populares que se hacen a las brasas y que se acompañan de mostaza, patatas y cerveza rumana. También puedes saborear las tradicionales sarmale, que son rollitos de carne envueltos en hojas de col que van con una salsa deliciosa de jitomate y crema, o un plato típico de las zonas montañosas llamado bulz, es decir, una sabrosa mezcla de polenta de harina de maíz, queso y carne, por supuesto, acompañada de excelentes vinos rumanos. Los postres son muy ricos, no te puedes perder el papanasi que son una especie de donas y se sirven con crema y mermelada, el amandine o el savarine, entre los postres más populares.
¿Te quedaron ganas de ir a Rumania? Estamos seguras de que no te arrepentirás y seguramente descubrirás mucho más de todo lo que este maravilloso país te ofrece.
¡Es hora de viajar!